King Arthur, es concebir un proyecto, que nace sin imponernos “la obligación del éxito”.
Parte de un plan en el que buscamos compartir tiempo, con gente con la que disfrutamos estar y con la que elegimos rodearnos. Poder celebrar fuerte los días en que las cosas salgan bien y los días en que no, pararnos ante los contratiempos, con quienes elegimos para enfrentarnos a ellos. Creemos que esta es la manera conceptual de lograr las metas en los proyectos, pero sobre todo, es la forma como nos proponemos vivir.
King Arthur, es esa tabla de madera, que tirada en el fondo de un patio es un desecho, pero que en la escena de un naufragio, se convierte en lo que aferra a la vida al marinero. Pero no nos quedamos con esta comparación “low cost”, sino que queremos escarbar en el alma de las cosas, buscar las historias, que esa madera pueda albergar, y aún así, si es solo una tabla que no tiene, no tuvo o que perdió en el tiempo su historia, darle una.
Porque el acto intelectual de rodear a las cosas de algo para contar, creemos que conlleva una nueva creación, una redimensión del objeto, más allá de su fin o valor material.
A eso apostamos, con esto soñamos…
En estas palabras y en el homenaje de recordar a nuestro mentor
Arturo Canero, está la historia por vivir de nuestro proyecto y en esa historia, su alma.